Estoy parado en un charco de agua en un desierto de sal.
Sobre mi cabeza cae un rayo de fuego continuo, vertical, semejante a agua intangible.
Me doy cuenta que atrás mío hay un hombre con sombrero de copa, que me dice:
"acá no hay sombras ni gente enterrada".
Entonces miro el suelo viendo si es verdad y me pega en la cabeza, como enojado, pero después se ríe y me dice:
"No confíes en el olvido".
Le quiero contestar pero pone su mano en mi boca y me dice:
"Ya dijiste todas las palabras, no me expliques nada".
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment